Aiolopus strepens: Este saltamontes alcanza los 4 centímetros de
longitud corporal. Se caracteriza por tener las alas verdaderas de
color verde azulado, con el ápice y gran parte del margen posterior
ahumadas. El color general puede ser verdoso o marrón, pero las tibias
posteriores son rojas.
También resulta un rasgo distintivo la
proporción del fémur posterior, que es más grueso y corto que en
Aiolopus thalassinus, la otra especie del género que habita la Península
Ibérica.
MIMETISMO:
Capacidad de camuflaje que
tienen algunos seres vivos para pasar desapercibidos, por medio de la
coloración o del aspecto de su cuerpo, imitando el aspecto de algún
objeto inanimado del entorno que le rodea o bien a algún otro ser vivo.
Pueden
distinguirse varias clases de mimetismo. El mimetismo protector es el
camuflaje usado por animales incapaces de defenderse de otra manera.
Éste es el caso de los insectos palo, algunas polillas, las perdices,
las ranitas de las piedras, los lenguados y muchas lagartijas. El
mimetismo agresivo, contrariamente al anterior, sirve a otros organismos
para poder sorprender y atacar a sus presas. Se da por ejemplo en
felinos silvestres (gatos monteses, ocelotes, linces...), que aprovechan
el color de la piel y sus dibujos en el pelo para pasar desapercibidos
en su ecosistema. Otros animales cazadores como los camaleones o los
pulpos son capaces de cambiar de color con el mismo fin. Existe un
tercer tipo de mimetismo llamado mimetismo batesiano que se da cuando
una posible presa, por lo general inofensiva, adopta el aspecto de otra
especie venenosa o peligrosa para su depredador. Así, por ejemplo,
algunas mariposas y polillones al ser atacados abren las alas mostrando
un dibujo que se parece a los ojos de una lechuza. De forma parecida
existen serpientes inofensivas que imitan a otras venenosas, moscas que
se camuflan de avispas y orugas que imitan serpientes.